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Ubicación

La ciudad de Sevilla se encuentra en Andalucía y se corona como su capital al sur de la península ibérica. Limita al norte con La Rinconada, La Algaba y Santiponce, al este con Carmona y Alcalá de Guadaíra, al sur con Dos Hermanas y Gelves y al oeste con San Juan de Aznalfarache, Tomares y Camas.

Además, está cruzada por el río Guadalquivir y sus barrios, como Triana y Los Remedios, se ven definidos por ello, siendo este navegable y ejerciendo de puerto fluvial.

Su casco antiguo e histórico es el más extenso de España y es una de las ciudades con más monumentos catalogados en Europa, lo que la convierte en una ciudad perfecta para los visitantes.

Clima

El clima en Sevilla es típico del mediterráneo con algunas trazas de clima subtropical.

Sus inviernos son suaves, con una temperatura media de 12 grados, de forma excepcional tiene alguna helada. Mientras que los veranos son muy calurosos y secos, con temperaturas que llegan a los 40 grados e incluso máximas de 46 a la sombra.

Por este motivo, Sevilla se define como una de las ciudades más calurosas de España. Además, en verano por la noche no refresca y no llueve, por lo que incrementa la dificultad con una media de 23 grados sin descanso.

Por otro lado, la primavera se define por unas temperaturas suaves que van aumentando conforme se acerca el verano, al nivel de que hay días que parece verano. A pesar de tener algún día nublado, suele predominar el sol.

La temporada de otoño es la que ofrece un respiro al incesante calor, aunque se siga alcanzando temperaturas superiores a los 30 grados pero sin olas de calor.

Mejor época para visitar

Sevilla es una ciudad que ofrece actividad todo el año, sin embargo, dependiendo de tus preferencias y el calor que estés dispuesto a recibir, quizás prefieras un momento u otro.

Según recomiendan, los mejores meses para visitar la ciudad son abril, mayo, la primera quincena de junio e incluso septiembre y octubre, ya que no hace demasiada calor y son los meses con temperaturas templadas.

Además, si amas la Semana Santa, no puedes perderte Sevilla en abril perfumada por el característico olor a azahar en sus calles. Eso sí, son los meses más caros para viajar ya que es la temporada alta por la Semana Santa y la Feria de Abril.

Por el contrario, las peores épocas son los meses más fríos como noviembre, diciembre, enero y febrero. Por supuesto, si no soportas el calor, no se te ocurre ir en julio y agosto porque las temperaturas comienzan a bajar a partir de las diez de la noche y se quedan estancadas en los 30 grados ¡Una locura!

Historia

Como toda gran ciudad sus orígenes quedan mezclados entre la historia y la leyenda, hay quienes dicen que Sevilla fue fundada por el mismísimo Hércules.

Los historiadores nos indican que la fundación se dio por la tribu ibérica de los turdetanos que se situaban en la zona del Guadalquivir, territorio de los antiguos Tartessos.

El territorio fue cobrando relevancia hasta ser tomado por los romanos, denominándose “Iulia Romuela” y convirtiéndola en la provincia más importante de la Bética. Su importancia fue tal que en época cristiana Constantino el Grande le otorgó la silla episcopal, una de las cinco en las que quedó dividida Hispania.

Después de varios conflictos, aquella importancia cultural se mantuvo gracias a San Leandro y San Isidro, el escudo de la ciudad tiene como figuras centrales a ambos obispos y al rey Fernando III.

A partir del año 712 la ciudad es tomada por el musulmán Abd al -Aziz ibn Mussa, cambió su nombre a Hispalis y en el 715 la ciudad pasó a depender del poder de Córdoba. En 1091 la ciudad fue invadida por los Almorávides y durante su dominio alcanzó su máximo esplendor, convirtiéndola en la ciudad más importante de España, construyendo en esta época la Torre del Oro, la Mezquita Mayor y el minarete, hoy en día conocido como la Giralda.

Tras el asedio de 1248 Sevilla fue conquistada por el rey Fernando III el Santo, convirtiendo la ciudad en la capital del reino. Durante esta época se construyó la Catedral, el Archivo de Indias, el Ayuntamiento, la Audiencia y la Casa de la Moneda, la Universidad y la primera imprenta del reino. La población aumentó durante estos años, llegando a alcanzar los 150.000 habitantes, hasta la peste de 1649 que acabó con la mitad de su población y no pudieron recuperarse hasta el siglo XIX.

Ya en el siglo XVIII se instaló en Sevilla la Real Fábrica de Tabacos, iniciando su renovado esplendor, expandiéndose y construyendo el ferrocarril.

Del siglo XVIII al XIX la ciudad pasó por diversos conflictos, guerras y momentos difíciles. Sin embargo, ha conseguido convertirse en una de las ciudades más importantes de España, querida por su rico patrimonio y su cultura.

Transporte

Si quieres moverte por Sevilla dispone de una amplia gama de transporte que te facilitará la movilidad por la ciudad.

Empezando por la opción del barco en el río Guadalquivir, encontrarás diversas opciones turísticas las cuales pasan por el casco histórico y conectan con barrios como el de Triana.

También cuentas con una red de metro, autobús y tranvía, con estaciones bien situadas para poder moverte con facilidad por el centro histórico.

Aunque si quieres ver Sevilla a un ritmo más tranquilo, no debes perderte un paseo con los impresionantes coches de caballos. Dispones también de bicicleta, con la que podrás llegar a cualquier punto de la ciudad a través de sus carriles bici o usar patines, patinetes, segway u otros medios.

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